Gravemente herida, fue hospitalizada y le informaron que la niña se encontraba en un albergue en Cambao.

Sin embargo, debido a su estado de salud, no pudo ir por ella.

Posteriormente, le dijeron que su hija había sido sacada del lugar en un “berlina blanca” junto a otros 26 niños.

A pesar de la incertidumbre, Esperanza nunca perdió la fe.

“Yo sabía que mi niña estaba viva”, relató en una entrevista.

Durante más de tres décadas, utilizó emisoras, periódicos y programas de televisión para difundir su historia.

La búsqueda dio un giro inesperado cuando su hija, quien creció en Suiza sabiendo que era adoptada, vio uno de los documentales sobre Armero.

Al ver las imágenes, reconoció a su familia: “Ella vio el video y dijo: ‘esa es mi mamá y ese es mi hermanito’”.

Tras establecer contacto y confirmar el parentesco mediante una prueba de ADN, Diana Marcela viajó a Colombia para el reencuentro.

Esperanza contó que su hija, quien tenía entre siete y ocho años cuando se fue del país, recordó muchas cosas de su infancia durante el mes que pasaron juntas.