El operativo, confirmado por el presidente Gustavo Petro, fue ejecutado por la Policía Nacional y permitió desmantelar una bodega subterránea utilizada para el almacenamiento del estupefaciente. El presidente Petro destacó que la operación se realizó “sin un muerto” y que el cargamento estaba listo para ser enviado hacia Centroamérica y Norteamérica.

Según información oficial, el alcaloide era presuntamente propiedad del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y provenía de la región del Catatumbo.

La droga se encontraba oculta en una estructura subterránea especialmente acondicionada para su almacenamiento antes de ser despachada por rutas ilegales.

Unidades especializadas de la Policía llevaron a cabo el operativo, logrando asegurar el cargamento sin que se registraran enfrentamientos ni bajas, un punto resaltado por las autoridades como un éxito táctico. Este decomiso representa una afectación significativa a las finanzas del ELN y a las redes de narcotráfico que operan en la costa Caribe colombiana, una región estratégica para el envío de drogas hacia mercados internacionales. La exitosa operación subraya los esfuerzos del gobierno en la lucha contra el crimen organizado y su capacidad para ejecutar acciones de alto impacto sin recurrir a la violencia letal.