En una historia que mezcla la tragedia de Armero con la perseverancia del amor maternal, Esperanza Fierro logró reencontrarse con su hija, Diana Marcela, 35 años después de haber sido separadas por la avalancha de 1985. El reencuentro fue posible gracias a un documental sobre la catástrofe que la joven vio en Suiza, donde creció con una familia adoptiva. La noche de la tragedia, Esperanza perdió a gran parte de su familia y fue separada de su hija de cuatro años. Debido a su delicado estado de salud, no pudo buscarla de inmediato en el albergue de Cambao donde se encontraba la niña.
Cuando se recuperó, le informaron que Diana Marcela había sido sacada del lugar junto a otros 26 niños en una “berlina blanca”.
A partir de ese momento, Esperanza inició una búsqueda incansable que se extendió por más de tres décadas, utilizando medios de comunicación para difundir su historia, siempre con la convicción de que su hija estaba viva. “Duré dos meses y medio hospitalizada y cuando salí empecé a buscar por todos los medios, yo sabía que mi niña estaba viva”, relató Fierro.
Mientras tanto, Diana Marcela creció en Suiza sabiendo que era adoptada y también emprendió la búsqueda de su familia biológica.
El punto de inflexión ocurrió cuando vio el documental y se reconoció a sí misma y a su hermano en las imágenes. Tras varios contactos y una prueba de ADN que confirmó el parentesco, madre e hija finalmente se reunieron en Colombia, cerrando un capítulo de décadas de incertidumbre.
En resumenEl reencuentro entre Esperanza Fierro y su hija Diana Marcela, 35 años después de la tragedia de Armero, es un testimonio de esperanza y perseverancia. Facilitado por un documental, este emotivo suceso no solo cierra un doloroso ciclo familiar, sino que también visibiliza la persistente problemática de los niños desaparecidos tras la catástrofe y la importancia de la memoria histórica para la reunificación.