La historia de ‘Coronel Bizcocho’, un perro brutalmente maltratado en Bolívar, ha conmovido a Colombia, convirtiéndose en un símbolo de resiliencia y esperanza. Su rescate y posterior adopción por parte de la Policía de Antioquia representa una segunda oportunidad y un llamado a la justicia contra la crueldad animal. La indignación nacional se desató tras la viralización de un video que mostraba a Fernando Alonso Oviedo golpeando al animal, que en ese entonces era llamado ‘Sicario’. La presión social fue tan contundente que el agresor se entregó a las autoridades en Yarumal, Antioquia.
A partir de ese momento, la vida del canino cambió drásticamente.
Fue acogido por el equipo veterinario de la Universidad Remington en Medellín, donde no solo recibió atención para sus graves lesiones, sino también un nuevo nombre, ‘Bizcocho’, marcando el inicio de su recuperación. El caso generó una ola de solidaridad, con decenas de familias e instituciones ofreciéndose a adoptarlo. Finalmente, el gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, confirmó que el perro sería entregado al Departamento de Policía de Antioquia, donde se le otorgó el título simbólico de ‘Coronel Bizcocho’ en reconocimiento a su valentía. Mientras el perro avanza en su recuperación física y emocional, el proceso judicial contra su agresor sigue su curso; Oviedo aceptó los cargos por el delito de maltrato animal agravado. Este caso se ha convertido en un precedente sobre la respuesta ciudadana y estatal frente a la crueldad animal en el país.
En resumenLa historia de ‘Coronel Bizcocho’ resalta el poder de la denuncia ciudadana y las redes sociales para movilizar a la sociedad contra el maltrato animal. La respuesta colectiva no solo aseguró el rescate y una nueva vida para el perro, sino que también impulsó un proceso judicial contra el agresor, sentando un precedente importante para el bienestar animal en Colombia.