En medio de la tragedia que enlutó al barrio La Sierra en San Cristóbal, Bogotá, la familia de Juan Martín, un niño de 7 años que permanece en coma inducido, se ha convertido en un símbolo de fe y resiliencia. A pesar del pronóstico reservado, sus seres queridos se niegan a perder la esperanza y rechazan cualquier sugerencia de desconectarlo, aferrándose a la posibilidad de un milagro. El fatídico accidente ocurrió el 8 de noviembre, cuando un taxista en estado de embriaguez arrolló a 11 personas. El impacto fue devastador para la familia de Juan Martín: su hermana mayor, Estefanía, de 15 años, falleció tras varios días en estado crítico. Juan Martín, por su parte, continúa en la unidad de cuidados intensivos del Hospital Santa Clara con graves traumatismos.
Los exámenes han mostrado alteraciones en su actividad cerebral y dos fracturas de pelvis que no pueden ser intervenidas quirúrgicamente.
Los médicos habían fijado un plazo para evaluar su recuperación neurológica, pero la familia insiste en mantener el soporte vital. Juana Torres, prima de los menores, aclaró firmemente la postura de la familia: “El diagnóstico de nuestro niño es reservado.
Está en exámenes, en cuidados intensivos y están haciendo lo mejor posible para su recuperación.
Lo de la desconexión es totalmente falso”. La familia no solo se sostiene en su fe, sino también en el apoyo de la comunidad.
“Estamos aferrados a un milagro.
La gente ha sido tan solidaria con nosotros, todos están a la espera”, declaró la prima.
Este espíritu de solidaridad, manifestado en velatones y mensajes de apoyo, ofrece un rayo de luz en una situación de profundo dolor, mientras exigen celeridad en el proceso judicial contra el conductor responsable.
En resumenLa familia de Juan Martín, el niño de 7 años en coma tras ser atropellado por un taxista ebrio en un accidente donde falleció su hermana, se aferra a la fe y descarta la opción de desconectarlo. A pesar del pronóstico médico reservado, su esperanza se ve fortalecida por una notable ola de solidaridad comunitaria. Este caso resalta la resiliencia familiar en medio de una tragedia y el clamor por justicia.