El presunto secuestrador portaba un arma de fuego. Justo cuando el joven retrocedía asustado, un motociclista apareció subiendo por la calle, interponiéndose entre el vehículo de los delincuentes y la víctima.

La presencia inesperada del motorizado provocó que los secuestradores abortaran su plan y huyeran apresuradamente del lugar.

“Gracias a que un motociclista iba subiendo en el momento.

Impide la acción y los tipos huyen”, afirmó la madre. Aunque es posible que el conductor de la moto no se percatara de la gravedad de la situación, su simple paso fue suficiente para frustrar el crimen. La historia, sin embargo, tomó un giro oscuro, ya que la familia denunció haber recibido amenazas anónimas exigiéndoles que eliminaran el video de las redes sociales, lo que añade una capa de intimidación a su ya traumática experiencia.