Sorprendentemente, llegó con un perro que, según él, era el mismo del video. Un análisis forense veterinario de la Universidad Remington confirmó la compatibilidad, determinando que el canino sobrevivió gracias a su juventud, aunque presenta un "daño neurocognitivo severo y múltiples politraumas". La senadora Andrea Padilla, reconocida defensora de los animales, señaló que el dueño llamaba al perro "Sicario", lo que evidencia su percepción sobre el animal.

Aunque el agresor fue dejado en libertad por no haber sido capturado en flagrancia, el proceso judicial continúa. Este caso ha marcado un precedente en la aplicación de la Ley Ángel contra el maltrato animal y ha demostrado el poder de la movilización ciudadana para exigir justicia y proteger a los seres más indefensos.

El perro, ahora bajo custodia veterinaria, podrá ser dado en adopción una vez se recupere completamente.