Desde ese momento, comenzó una búsqueda incansable.

"Duré dos meses y medio hospitalizada y cuando salí empecé a buscar por todos los medios, yo sabía que mi niña estaba viva", relató Fierro.

Durante más de tres décadas, recurrió a emisoras, periódicos y programas de televisión, aferrada a la fe.

El reencuentro fue posible cuando Diana Marcela, quien había sido adoptada por una familia en Suiza y creció sabiendo que su historia estaba incompleta, vio un documental sobre Armero.

"Ella vio el video y dijo: ‘esa es mi mamá y ese es mi hermanito’", contó Esperanza, conmovida.

Tras establecer contacto y confirmar el parentesco con una prueba de ADN, madre e hija finalmente se reunieron en Colombia. Este caso conmovedor no solo representa el fin de una larga angustia familiar, sino que también arroja luz sobre el drama de los niños de Armero, muchos de los cuales fueron dados en adopción de manera irregular en Colombia y el extranjero, dejando una herida abierta que muchas familias aún intentan sanar.