La presencia del motociclista, aunque posiblemente fortuita, fue suficiente para que los delincuentes desistieran de su plan y huyeran del lugar. La madre del joven afirmó: “Gracias a que un motociclista iba subiendo en el momento.

Impide la acción y los tipos huyen”. Aunque es posible que el conductor de la moto no se percatara de la gravedad de la situación, su paso por el lugar en ese preciso momento fue providencial y evitó una tragedia. Este suceso resalta el impacto que puede tener la presencia ciudadana, incluso de manera no intencionada, para disuadir actos criminales y proteger a los más vulnerables.