Su éxito demuestra la capacidad y el potencial de los jóvenes de los pueblos indígenas para sobresalir en cualquier ámbito, incluyendo instituciones tradicionalmente homogéneas. La presencia de una mujer wayúu en una especialidad tan técnica y exigente como la aviación militar rompe barreras y estereotipos, enviando un poderoso mensaje a las nuevas generaciones de que el origen étnico no es un impedimento para alcanzar las más altas metas. Este acontecimiento resalta la importancia de valorar y promover la participación de todos los sectores de la sociedad colombiana en la construcción del país, fortaleciendo el tejido social y reconociendo la riqueza que aporta la multiculturalidad a las instituciones del Estado. Su historia es un ejemplo de superación personal y un faro de esperanza para la juventud indígena.