Esta medida, parte de la estrategia 'Respira Tayrona', permitió la regeneración de sus ecosistemas y la realización de ceremonias ancestrales. El cierre, que tuvo lugar del 19 de octubre al 2 de noviembre, fue estratégicamente programado para coincidir con la temporada de lluvias en la región Caribe, lo que facilitó la recarga hídrica de ríos y quebradas y promovió el reverdecimiento de los bosques. Durante este período, los guardaparques llevaron a cabo labores de monitoreo de fauna y flora. Un componente fundamental de la estrategia fue el espiritual, ya que los pueblos indígenas Kogui, Wiwa, Arhuaco y Kankuamo realizaron pagamentos y ceremonias sagradas en los sitios ancestrales del territorio, reafirmando la importancia del Tayrona como parte de la Línea Negra de la Sierra Nevada. Juan Nieves, líder del resguardo Kogui Malayo Arhuaco, destacó que el cierre es vital para la reproducción de especies como el jaguar y para que la naturaleza recupere su espacio. El director de Parques Nacionales Naturales, Luis Olmedo Martínez Zamora, afirmó que el parque se encuentra "en su máxima expresión de belleza" e instó a los visitantes a practicar un turismo responsable. Con más de 615,000 visitantes en 2024, el Tayrona se consolida como un destino clave que busca equilibrar el turismo con la conservación y el respeto cultural.