El accidente ocurrió mientras su padre había salido momentáneamente a comprar comida.
Según el reporte de las autoridades, el incidente tuvo lugar en la noche del martes 4 de noviembre.
El padre del menor había salido a comprar un perro caliente, dejando al niño durmiendo. Al despertar y no encontrar a su padre, el menor se asomó por la ventana, perdió el equilibrio y cayó al vacío.
De manera afortunada, un pequeño jardín ubicado en la base del edificio amortiguó el impacto, lo que evitó una tragedia. El teniente coronel Luis Pardo, oficial de inspección de la Policía Metropolitana, afirmó que el jardín "amortiguó el impacto y probablemente salvó su vida".
El niño fue trasladado a un centro asistencial, donde se determinó que presentaba lesiones leves en sus extremidades inferiores y se encontraba en condición estable.
Este caso, si bien tuvo un desenlace afortunado, ha generado conmoción entre los vecinos y sirve como un recordatorio sobre los peligros de dejar a los menores sin supervisión, incluso por cortos períodos de tiempo, y la obligación legal de los padres de garantizar su protección.













