A 40 años de la tragedia de Armero, la historia de sus sobrevivientes se manifiesta como un poderoso ejemplo de resiliencia, evidenciado en la fundación de nuevos barrios en Ibagué que hoy albergan a una próspera comunidad armerita. La catástrofe ocasionada por la erupción del Volcán Nevado del Ruiz en 1985, que dejó más de 25.000 víctimas, provocó un desplazamiento masivo de las familias sobrevivientes. Ibagué, la capital del Tolima, se convirtió en un refugio para muchos de ellos, dando lugar a un significativo ejercicio de renacimiento. A finales de los años 80 e inicios de los 90, la solidaridad de la comunidad ibaguereña facilitó la fundación de más de cinco barrios, principalmente en la Comuna Ocho, con esta población.
Sectores como Ciudad Luz, Ciudad Blanca, Nuevo Armero y las urbanizaciones Villa Vicentina y Antonio María se erigieron como nuevos hogares.
Sin embargo, es la Ciudadela Simón Bolívar el sector que congrega la mayor cantidad de armeritas, con una población aproximada de 7.500 personas. Fernando Espejo, presidente de la junta de acción de la ciudadela, relata: "En la Ciudadela Simón Bolívar la mayoría de las personas vienen de la avalancha de Armero. Estamos hablando de una de la población más grande de este sector de la ciudad".
Esta movilización no se limitó al Tolima; como señala Mauricio Cuellar, alcalde de Armero Guayabal y sobreviviente, los armeritas se dispersaron por todo el país, creando comunidades en ciudades como Barranquilla y en los Llanos, donde también existe un barrio llamado Nuevo Armero. La edil Sandra Leal describe este fenómeno como un renacer: "Aquí contamos con un pedacito de Armero, lo que representó un renacer".
En resumenLa fundación de barrios en Ibagué por parte de los sobrevivientes de Armero es un testimonio de la capacidad de sobreponerse a la adversidad. Este fenómeno, replicado en otras partes de Colombia, demuestra la fortaleza del espíritu comunitario y la solidaridad que permitieron a miles de familias reconstruir sus vidas tras la tragedia.