Jonathan Obando Pérez, el único sobreviviente colombiano de un bombardeo de Estados Unidos a un presunto narcosubmarino en el Caribe, fue dado de alta de un hospital en Bogotá y posteriormente puesto en libertad. A pesar de las declaraciones iniciales de altos funcionarios del gobierno que indicaban que sería procesado, la Fiscalía no ha formulado cargos en su contra. El caso de Obando Pérez, de 34 años, comenzó el 18 de octubre cuando fue repatriado a Colombia en grave estado de salud, con un trauma craneoencefálico, tras el ataque al semisumergible en el que viajaba. Fue internado en el Hospital de Kennedy en Bogotá, donde recibió atención médica especializada.
El ministro del Interior de la época, Armando Benedetti, había afirmado que el hombre sería "procesado según la justicia, porque presuntamente es un delincuente que estaba traficando droga". Sin embargo, tras ser dado de alta el 28 de octubre, la situación legal de Obando tomó un rumbo inesperado.
Según informes, la Fiscalía abrió una indagación preliminar, pero hasta el momento no ha encontrado material probatorio suficiente que indique que cometió un delito en territorio nacional, por lo que no se ha abierto un proceso formal. Esta historia de supervivencia en circunstancias extremas concluye con un desenlace judicial que subraya las complejidades de la persecución del narcotráfico en aguas internacionales y la aplicación de la justicia colombiana en estos casos.
En resumenEl caso de Jonathan Obando Pérez finaliza con su recuperación física y su liberación, un desenlace inesperado que resalta las dificultades probatorias y las complejidades jurisdiccionales en la lucha transnacional contra el narcotráfico.