La indignación de los vecinos fue inmediata; se congregaron frente a la vivienda del agresor para protestar y alertaron a las autoridades. La rápida intervención de la Policía Metropolitana permitió el rescate del canino, que fue retirado del domicilio en medio de los aplausos de los ciudadanos presentes. Este caso ilustra el poder de la denuncia comunitaria como herramienta fundamental para activar los protocolos de protección animal. De manera similar, en Cali, una alerta de los vecinos del barrio Trinidad sobre una vivienda donde catorce perros se encontraban en condiciones precarias, desnutridos y en un entorno insalubre, llevó a una intervención del Grupo Especial para la Lucha contra el Maltrato Animal (Gelma) de la Fiscalía. Los animales fueron rescatados y el tenedor de los mismos fue imputado por el delito de maltrato animal. Estos hechos demuestran que la sociedad colombiana está cada vez más sensibilizada frente al sufrimiento animal y dispuesta a actuar, exigiendo la aplicación de la Ley 1774 de 2016, que tipifica el maltrato como un delito penal.