Sin embargo, hasta ahora, las opciones para darles un último adiós digno eran limitadas.

El nuevo jardín cementerio en Santa Marta responde directamente a esta necesidad emocional, proporcionando un lugar para el entierro y la cremación de los animales. La iniciativa no solo ofrece consuelo a las familias en duelo, sino que también refleja un cambio cultural significativo en la percepción del bienestar animal y la importancia del vínculo humano-animal.

Según uno de los artículos, las personas pueden adquirir planes funerarios para sus mascotas con costos que inician desde los 20.000 pesos, haciendo el servicio accesible para una parte de la población. La creación de este espacio es una noticia positiva que evidencia una mayor sensibilidad y empatía comunitaria, reconociendo el dolor que implica la pérdida de un ser querido, sin importar su especie, y validando la necesidad de rituales de despedida para procesar el duelo.