La denuncia fue realizada por vecinos del sector, quienes alertaron sobre la preocupante situación en una vivienda.

El 26 de marzo de 2024, las autoridades acudieron al inmueble y encontraron una escena desoladora: de los catorce perros criollos, una canina ya estaba muerta, diez permanecían en condiciones precarias de higiene sin acceso a comida ni agua, y tres presentaban un avanzado estado de desnutrición. Los animales sobrevivientes fueron inmediatamente trasladados a un centro especializado para recibir atención veterinaria de urgencia y comenzar un proceso de rehabilitación tanto físico como emocional.

La Fiscalía General de la Nación, a través del Grupo Especial para la Lucha contra el Maltrato Animal (Gelma), asumió la investigación del caso. Como resultado, se citó a Eduardo Rodríguez Madriñán, identificado como el tenedor de los caninos, a quien se le imputó el delito de maltrato animal, según lo estipulado en el Código Penal colombiano. Sin embargo, se informó que el acusado no aceptó los cargos.

Este suceso ha generado indignación y ha motivado a las entidades de protección animal a reiterar el llamado a la ciudadanía para denunciar cualquier acto de crueldad o abandono, recordando que el maltrato animal es un delito que conlleva penas de prisión y sanciones económicas.