Según los informes, la madre arrojó a su bebé al río Arzobispo y posteriormente se lanzó ella misma.

Los gritos de auxilio de la comunidad alertaron a dos policías, el subteniente Cristian Ortiz y el patrullero Eric Echeverría. A pesar de los riesgos, incluido el hecho de que Ortiz no sabía nadar, ambos se lanzaron al agua.

El subteniente Ortiz mencionó su “instinto paternal” como su principal motivación.

Las crónicas resaltan la colaboración entre la policía y los residentes, que fue fundamental para el éxito del rescate. La madre y la bebé fueron trasladadas a un centro asistencial y se encuentran fuera de peligro, aunque la menor requirió tratamiento para extraerle agua de los pulmones. La madre ahora enfrenta un proceso judicial por tentativa de homicidio, y la bebé está bajo la protección del ICBF. El caso también arroja luz sobre posibles problemas subyacentes, ya que la familia de la mujer mencionó un historial de problemas psiquiátricos y presunta violencia doméstica. La acción heroica de los oficiales es un tema central, con uno de ellos siendo un antiguo pescador y el otro actuando por puro instinto para salvar vidas.