Sin dudarlo, el subintendente Cristian Ortiz y el patrullero Eric Echeverría se lanzaron al agua contaminada para salvarlas.

Ortiz, a pesar de no saber nadar, actuó movido por su "instinto paternal", mientras que Echeverría, con experiencia como nadador, aseguró a la bebé.

La comunidad también participó activamente, ayudando a sacar a las víctimas del agua.

Tras el rescate, ambas fueron trasladadas a un centro asistencial.

La menor, aunque estable, requirió un procedimiento para extraerle líquido de los pulmones y quedó bajo protección del ICBF. La madre, de 23 años, fue judicializada por el delito de tentativa de homicidio agravado y un juez le impuso medida de aseguramiento en centro carcelario. La investigación baraja hipótesis sobre si la mujer actuó bajo el efecto de sustancias o por una enfermedad mental. Familiares declararon que ella sufría problemas psiquiátricos desde la adolescencia y había denunciado maltrato por parte de su expareja, añadiendo una capa de complejidad social a la tragedia.