Estas medidas han permitido que las aguas de lluvia fluyan directamente hacia el mar, evitando las inundaciones que históricamente afectaban al corregimiento. Luis Canchila, de ASOMANGLEBAL, afirmó: “Este año la inundación directamente no se hizo aquí en Chiquí, sino que bajó, porque las aguas, con la limpieza de caños que se hizo, pasaron directamente hacia el mar”. Se sembraron más de 11.000 plántulas de mangle y árboles maderables, utilizando técnicas innovadoras como islas flotantes en áreas inundables. Además, se instalaron linímetros y pluviómetros para medir los niveles de agua y generar alertas tempranas, involucrando a estudiantes en el monitoreo.

El proyecto culminó con la firma de un acuerdo de conservación, consolidando a San Bernardo del Viento como un referente nacional en gestión del riesgo comunitaria y adaptación al cambio climático.