La dotación del centro incluye mobiliario, equipos tecnológicos y una sala lúdica.

Una de las beneficiarias, Claudia Román González, cuidadora de su hija con Síndrome de West, destacó el impacto del programa: “El centro me ha permitido cuidarme a mí misma y a mi familia, tener tiempo para estudiar y seguir capacitándome”. Con esta iniciativa, La Ceja avanza en la consolidación de una política pública local del cuidado, convirtiéndose en un modelo de corresponsabilidad social y equidad de género.