La iniciativa no solo mejora la calidad de vida de estos perros, sino que también fortalece la relación entre la Policía Nacional y la comunidad, mostrando un lado más cercano y solidario de la institución. Este acto de compasión resalta en una ciudad con una alta población de animales callejeros y sirve como un recordatorio de la importancia de la protección animal como una responsabilidad compartida. La acción de los uniformados de Kennedy se ha convertido en un símbolo de esperanza y en un llamado a la ciudadanía para promover la adopción y el cuidado de los animales en situación de calle.