Anyi, de 17 años, relató que antes sufría problemas de salud por consumir agua contaminada, pero desde la llegada del agua potable, “esos síntomas desaparecieron”. Por su parte, Yuraiza, también de 17, ya no debe emprender largos trayectos para conseguir agua, lo que le permite tener más tiempo para estudiar. El Ministerio de Vivienda anunció que realizará un seguimiento de nueve meses a la operación de la planta para garantizar su sostenibilidad.