Este reconocimiento internacional subraya la capacidad de Getsemaní para preservar su autenticidad cartagenera mientras se adapta a las nuevas tendencias del turismo.

Antiguamente un barrio popular habitado por artesanos y libertadores, hoy sus calles empedradas y casas coloridas son un lienzo para la cultura contemporánea.

El arte urbano es un elemento central de su identidad, con murales que narran la historia afrocaribeña y grafitis con mensajes sociales que adornan sus paredes. Callejones como el Angosto, con sus icónicas sombrillas de colores, se han convertido en postales reconocidas a nivel mundial.

La Plaza de la Trinidad sigue siendo el corazón del barrio, un punto de encuentro donde convergen músicos, artesanos y visitantes en un ambiente festivo y acogedor. Además de su atractivo visual, Getsemaní ofrece una rica experiencia gastronómica, desde la comida callejera tradicional hasta restaurantes de alta cocina. Su vida nocturna, con bares de música en vivo y terrazas con vistas a la ciudad amurallada, complementa la oferta cultural.

Este dinamismo ha posicionado a Getsemaní no solo como un atractivo turístico, sino como un epicentro cultural que refleja la fusión entre el pasado histórico y el presente creativo de Cartagena, cautivando a quienes buscan experiencias auténticas.