Su lugar de entrenamiento es un espacio de 660 metros con altibajos cerca de su casa, lo que hace su victoria aún más meritoria. Su día a día transcurre entre las labores del hogar, sus estudios virtuales y un riguroso entrenamiento.

“Somos de finca cafetera, mi familia casi todas ellas se van a trabajar, yo soy la que me quedo en la casa, cocinando, barriendo”, relató, mostrando la realidad de muchos atletas rurales que deben balancear sus responsabilidades familiares con su pasión deportiva. Su estrategia en la carrera fue clave; al ver que sus rivales se quedaban atrás en un punto de hidratación, decidió acelerar para asegurar la distancia y cruzar la meta en primer lugar. La deportista dedicó la medalla a su madre y al departamento del Huila, y expresó su sueño de representar a Colombia en el exterior. Felipe Victoria, director del Inderhuila, la calificó como una “guerrera del campo” y felicitó su logro como fruto del esfuerzo diario.