Hoy, esa fe sigue intacta.

Conocida también como “La Gobernadora”, la Virgen es motivo de gratitud y refugio. Los campesinos ofrecen sus cosechas a sus pies, y las festividades más importantes de la ciudad, como el Carnaval de Negros y Blancos, inician con un homenaje a su imagen. Las celebraciones de 2025 comenzaron el 23 de septiembre con una procesión y una misa de vísperas, culminando el 24 con una solemne Eucaristía. El padre Miguel Meneses, rector del santuario, resumió el sentir de la comunidad: “Es el homenaje más grande que como pastusos le podemos rendir a nuestra Madre Santísima”.

Así, Pasto mantiene viva una tradición que une fe, cultura y memoria en torno a su protectora.