Este comportamiento espontáneo se ha convertido en un poderoso símbolo de la lucha contra la contaminación oceánica. Blue y Martín, dos delfines que forman parte del programa de conservación A Mar Abierto del Centro de Vida Marina en Santa Marta, han sorprendido a sus cuidadores y a la comunidad científica. De manera voluntaria, los mamíferos marinos han desarrollado el hábito de recoger botellas, cuerdas y otros residuos plásticos que encuentran flotando en el agua para entregárselos a sus cuidadores.
Lo más notable, según Ángela Dávila, directora de Bienestar Animal del centro, es que este comportamiento no fue resultado de un entrenamiento directo.
“Ellos nos han visto recoger basura del agua y han aprendido por observación.
Cuando salimos a mar abierto, nos traen lo que identifican como ajeno a su entorno”, explicó Dávila. Este fenómeno, conocido como "comportamiento emergente", surge de la interacción natural entre los animales, su entorno y los humanos que los cuidan. La iniciativa A Mar Abierto busca precisamente fortalecer los instintos naturales de los delfines bajo cuidado humano, permitiéndoles realizar recorridos por arrecifes y ejercitar técnicas de caza. La acción de Blue y Martín trasciende la anécdota, convirtiéndose en un potente recordatorio sobre la crisis de contaminación plástica que afecta a los océanos, donde más de 11 millones de toneladas de este material amenazan anualmente a más de 800 especies marinas.











