La intervención, autorizada por el Área Metropolitana del Valle de Aburrá, fue socializada con la comunidad de Provenza y complementada con la siembra de cinco palmas nativas en el sector. Según la Secretaría de Medio Ambiente, este proyecto simboliza la reconciliación entre la seguridad de los ciudadanos y la conservación de la biodiversidad urbana. La iniciativa se presenta como un modelo de soluciones basadas en la naturaleza que la ciudad busca expandir a otros espacios. El "Árbol Hábitat" no solo ofrece un refugio para polinizadores y aves, sino que también sirve como una herramienta pedagógica, demostrando que es posible integrar la naturaleza de manera creativa y funcional en entornos urbanos densos. Este proyecto deja una lección clara: las talas preventivas pueden ir acompañadas de acciones de reposición innovadoras que aporten valor ecológico y estético a la ciudad.