El tocón del árbol fue acondicionado para atraer y servir como refugio para aves, mariposas, abejas y pequeños mamíferos, integrando así la biodiversidad en un entorno densamente urbano. La acción se complementó con la siembra de cinco palmas nativas en el sector. La Secretaría de Infraestructura destacó que este modelo hace parte de las soluciones basadas en la naturaleza que la ciudad busca expandir. El proyecto simboliza una reconciliación entre la seguridad humana y la conservación ambiental, demostrando que las talas por riesgo no tienen por qué significar una pérdida total para el ecosistema. La iniciativa fue socializada con comerciantes y residentes, quienes ahora cuentan con un elemento que no solo aporta a la fauna, sino que también educa sobre la importancia de la biodiversidad urbana.