La participación juvenil en la política local se ha consolidado como un mecanismo vital para la construcción de una sociedad más inclusiva y representativa.

En Nariño, el interés es notable, con 209 candidatos inscritos solo en Pasto para las elecciones del 19 de octubre.

Este entusiasmo se replica en La Guajira, donde se realizó una caminata simbólica para dar inicio oficial al proceso electoral, un evento que Fabio Daza Morales, delegado de la Registraduría, describió como una afirmación de que “la juventud quiere ser escuchada”. Daza recordó el papel histórico de los jóvenes en la política nacional, como el impulso a la Séptima Papeleta que condujo a la Constitución de 1991, y afirmó con contundencia: “Los jóvenes han sido revolucionarios de la institucionalidad”. En Paipa, Boyacá, 74 jóvenes se inscribieron en 12 listas, y las autoridades locales han dispuesto logísticas especiales, como transporte para las zonas rurales, con el fin de garantizar una amplia participación. El coordinador de Juventudes de Paipa, Andrés Fernando Barrera Chaves, subrayó la importancia de una elección consciente, ya que el consejo “es el encargado de fiscalizar la gestión pública y hacer propuestas a las autoridades locales”. En el Cauca, el Carnaval de la Juventud en Popayán fue el escenario para la elección del nuevo Consejo Departamental de Juventud, con delegados de todos los municipios reafirmando su compromiso. En Valledupar, el proceso también destaca por su enfoque inclusivo, con la elección de Kelly Aroca Pallares, beneficiaria del programa “Jóvenes en Paz”, para ocupar la curul especial de las víctimas del conflicto armado.

Su prioridad, según declaró, es la educación, “porque muchos jóvenes no tenemos acceso a estudio, y sin educación, no hay empleo digno”.