El proyecto, concebido como un plan piloto para fomentar la cultura ciudadana en torno al transporte público, destaca por su enfoque social.
La tarifa subsidiada de $1.500 pesos por trayecto se complementa con una política de gratuidad para poblaciones clave: cerca de 55.000 estudiantes de colegios públicos y privados, deportistas con carné, mujeres embarazadas, adultos mayores y personas con movilidad reducida están exentos del pago. Esta medida no solo representa un alivio económico para miles de familias, sino que también promueve la inclusión y la equidad en el acceso a la movilidad. Los vehículos, con capacidad para 28 pasajeros sentados, están equipados con tecnología moderna que incluye aire acondicionado, cámaras de seguridad, botón de pánico, pantallas informativas y conexión wifi gratuita, mejorando significativamente la experiencia del usuario. La iniciativa representa un cambio fundamental para una ciudad donde el transporte informal ha dominado por años, ofreciendo una alternativa organizada y segura que promete mejorar la calidad de vida de sus habitantes.











