El fenómeno natural, que impactó al menos 10 barrios como Los Robles, Nuevo Milenio y Ciudadela Metropolitana, causó graves daños materiales, principalmente el destecho de cientos de viviendas, y dejó a 11 personas con lesiones leves. Ante la magnitud de la emergencia, la alcaldesa Alcira Sandoval declaró la calamidad pública y la urgencia manifiesta, lo que permitió activar de manera expedita los mecanismos de atención y la movilización de recursos. La respuesta fue inmediata: desde el mismo día del desastre, la administración municipal, con el apoyo de la Defensa Civil, el Ejército y la Policía, comenzó la entrega de ayudas humanitarias, incluyendo láminas de zinc, colchonetas y enseres básicos. La alcaldesa lideró personalmente la distribución en los barrios más golpeados, un gesto que fue valorado por la comunidad. La situación también generó una ola de solidaridad que trascendió lo local.

El gobernador del Atlántico, Eduardo Verano, aseguró la presencia institucional del departamento, mientras que figuras nacionales como el expresidente Álvaro Uribe Vélez expresaron su apoyo a las familias afectadas.

La emergencia en Soledad no solo puso a prueba la capacidad de respuesta de sus instituciones, sino que también evidenció el espíritu solidario de una comunidad que, en medio de la adversidad, se une para reconstruir y apoyar a sus vecinos.