Esta iniciativa, liderada por el gobernador César Ortiz Zorro, se consolida como un referente nacional al superar barreras geográficas para garantizar el derecho a la salud en las zonas más apartadas del departamento. En su décima novena jornada, el equipo de profesionales de la salud del Hospital Itinerante se desplaza por vía terrestre y fluvial para llegar a Caño Mochuelo, un resguardo en el norte de Casanare que alberga a diez pueblos indígenas, entre ellos los tsiripu, sikuani y cuiba-wamonae. La misión transporta camas hospitalarias, equipos biomédicos y medicamentos esenciales, enfrentando las difíciles condiciones de los ríos Meta y Casanare.
Esta estrategia ha demostrado ser un salvavidas para las poblaciones rurales, habiendo realizado a la fecha más de 623 cirugías y 24.582 atenciones médicas en diversas zonas del departamento. El gobernador Ortiz Zorro ha sido enfático en su compromiso, insistiendo en que “la distancia y los obstáculos no pueden ser excusa para negar el derecho a la salud”. El programa no solo lleva consultas, sino que se ha convertido en un símbolo de esperanza y acceso a la salud para comunidades que históricamente han carecido de servicios especializados. La iniciativa demuestra cómo la voluntad política y la logística adecuada pueden transformar la vida de las personas, llevando atención humanizada y de calidad a quienes más lo necesitan, sin importar cuán lejos se encuentren.












