Por un lado, los datos on-chain de Glassnode revelaron una venta significativa por parte de inversores a corto plazo, a menudo denominados "manos de papel", que capitularon cuando Bitcoin rompió soportes clave. Este comportamiento se vio reforzado por indicadores de sentimiento como el índice Crypto Fear & Greed, que registró "miedo extremo", una señal que a menudo acompaña a las ventas masivas.

Varios análisis técnicos activaron señales bajistas, con proyecciones que advertían sobre la posibilidad de caídas aún más profundas.

Por otro lado, un segmento de analistas y inversores experimentados ha adoptado una postura contraria.

Consideran que la corrección actual es la mayor del mercado alcista y que el precio se está acercando a un territorio de "capitulación máxima", un punto que históricamente ha precedido a importantes repuntes. Algunos analistas describieron la caída como "artificial y forzada" y no como el comienzo de un nuevo "criptoinvierno", argumentando que es una oportunidad para "apostar" por una recuperación. Esta visión es compartida por figuras como Dave Portnoy, quien anunció una compra de un millón de dólares en XRP, aplicando la máxima de que hay que comprar cuando hay "sangre en las calles".