En Asia, los mercados tuvieron un desempeño desigual.

Mientras la bolsa de Shanghái registró una ganancia modesta, el Nikkei de Tokio y el Kospi de Seúl cerraron con pérdidas, afectados por la fragilidad de las acciones tecnológicas antes del anuncio de Nvidia y por preocupaciones sobre la salud fiscal de Japón. Las bolsas europeas abrieron prácticamente planas, con los inversores pendientes del dato de inflación de octubre en la eurozona. En el Reino Unido, la tasa de inflación al consumidor cayó al 3,6 %, lo que aumentó la probabilidad de que el Banco de Inglaterra considere un recorte de tipos de interés en diciembre. En Estados Unidos, Wall Street cerró la jornada previa en rojo, arrastrado por el sector tecnológico ante las dudas sobre la sostenibilidad del crecimiento impulsado por la inteligencia artificial.

El Dow Jones, el S&P 500 y el Nasdaq registraron retrocesos significativos.

La atención también se centró en la publicación de las actas de la última reunión de la Reserva Federal, en busca de pistas sobre su futura política de tasas. Esta correlación entre los mercados tradicionales y los activos digitales se hizo evidente, ya que la caída del Nasdaq fue citada como un factor que arrastró el precio de Bitcoin.