Este repunte fue impulsado por la escalada de tensiones geopolíticas, que generaron incertidumbre sobre el suministro global. A pesar de las proyecciones de un amplio superávit de producción por parte de la Agencia Internacional de Energía (IEA) y la OPEP, los precios del crudo se vieron impulsados por factores externos al mercado. Uno de los principales detonantes fue el ataque de Ucrania con drones al puerto ruso de Novorosíisk en el Mar Negro, lo que aumentó la tensión en la región. Estos eventos geopolíticos generan temor a posibles restricciones en la oferta, lo que presiona los precios al alza.
Como resultado, las dos principales referencias del mercado mostraron avances significativos: el barril de Brent, de referencia en Europa, subió hasta los US$64,43 (+2,25 %), mientras que el West Texas Intermediate (WTI), de referencia en Estados Unidos, alcanzó los US$60,18 (+2,54 %). Este aumento en los precios del petróleo es un factor relevante para economías como la colombiana, ya que puede influir en los ingresos por exportaciones y en la tasa de cambio.












