La incertidumbre sobre la política monetaria de Estados Unidos y preocupaciones por sobrevaloración golpearon la confianza de los inversionistas. El viernes 14 de noviembre de 2025, los mercados bursátiles globales registraron una jornada de pérdidas generalizadas. La corrección fue particularmente severa en las acciones de tecnología y de gran capitalización (“mega cap”), especialmente aquellas vinculadas al desarrollo de inteligencia artificial como Nvidia y Broadcom, que habían impulsado las alzas recientes. El principal catalizador fue un cambio en las expectativas sobre la política de la Reserva Federal (Fed). Varios funcionarios del banco central estadounidense adoptaron un tono más restrictivo (“hawkish”), lo que redujo a menos del 50 % las probabilidades de un recorte de tasas en diciembre. Esto provocó un aumento en los rendimientos de los bonos del Tesoro de EE.
UU., con el bono a 10 años subiendo a aproximadamente 4,12 %.
La incertidumbre se vio agravada por la falta de datos económicos fiables debido a una prolongada paralización del gobierno estadounidense. Como resultado, las bolsas de Asia-Pacífico (Nikkei, Kospi, Hang Seng) y Europa (Ibex, Euro Stoxx50) cerraron con notables pérdidas, siguiendo la tendencia negativa de Wall Street, donde los principales índices se desplomaron en su peor día desde el 10 de octubre.











