América Latina, por su parte, registró entradas por US$3.500 millones, con una demanda sostenida de bonos locales en Brasil y México. Este "mayor apetito global por activos de mercados emergentes" es uno de los motores principales detrás de la reciente apreciación del peso colombiano. Adicionalmente, el diferencial de tasas de interés entre Estados Unidos, donde la Reserva Federal ha ajustado su política a la baja, y Colombia, donde el Banco de la República mantiene tasas relativamente altas, ha incentivado las estrategias de 'carry trade'.

En estas operaciones, los inversionistas se endeudan en monedas con bajas tasas para invertir en mercados con mayores rendimientos.

A pesar de este panorama positivo, el IIF advierte que persisten "líneas de falla clave" y que las bases de los flujos actuales siguen siendo "frágiles", apuntando a la cautela de los inversores y a una dinámica dominada por el corto plazo.