La divisa rompió la barrera psicológica de los $3.700, generando un amplio debate sobre las causas y consecuencias de esta tendencia. Durante la jornada del 13 de noviembre, el dólar alcanzó un mínimo de $3.685 y cerró en un promedio de $3.719,50, el nivel más bajo desde abril de 2022. Esta caída se atribuye a una combinación de factores externos e internos.

A nivel global, se destaca la debilidad del dólar frente a otras monedas y el optimismo generado por el fin del cierre del gobierno en Estados Unidos. Leonardo Villar, gerente general del Banco de la República, señaló que es "un fenómeno global". A nivel local, los analistas apuntan a una monetización de deuda por parte de la Dirección de Crédito Público por US$4.233 millones, un diferencial de tasas de interés atractivo que incentiva estrategias de 'carry trade', un mayor flujo de inversión extranjera y una reducción en la percepción de riesgo del país. El presidente Gustavo Petro atribuyó la revaluación a la alta tasa de interés del Banco de la República.

Este escenario, que ha llevado al peso a una revalorización cercana al 14 % en 2025, beneficia a importadores y consumidores al reducir costos, pero ejerce presión sobre los exportadores de productos como café y flores, que ven mermados sus ingresos en pesos. A pesar de la fuerte caída, la divisa mostró un repunte técnico al final de la semana, cerrando en $3.743, en un movimiento que los operadores calificaron como una toma de utilidades.