El índice de acciones globales de MSCI registró un pequeño avance, reflejando un sentimiento general cauteloso pero positivo.
En Estados Unidos, Wall Street cerró con sus principales indicadores en verde, impulsado por el optimismo en torno al fin del cierre del gobierno.
Europa siguió esta tendencia alcista, con las bolsas abriendo al alza; Londres lideró las subidas con un 0,80%, seguida por París y Fráncfort.
Notablemente, la bolsa española alcanzó un nuevo máximo histórico al situarse en 16.219,5 puntos.
Sin embargo, el panorama en Asia fue diferente.
Las acciones asiáticas presentaron resultados mixtos. Mientras que Japón y Corea del Sur extendieron sus ganancias gracias a la recuperación de las acciones tecnológicas, los mercados chinos continuaron rezagados.
El índice de referencia de Shanghái cayó un 0,39% y el de Shenzhen un 1,03%. Las persistentes preocupaciones sobre una desaceleración económica en China pesaron sobre el ánimo de los inversores locales, a pesar de las promesas de más estímulos por parte de Pekín.
Esta divergencia geográfica subraya cómo los factores locales, como la política en EE. UU. y la economía en China, están influyendo de manera distinta en las principales regiones financieras del mundo.












