La subida del metal precioso, un activo refugio que no devenga intereses, está directamente relacionada con la política monetaria.

Cuando se espera que las tasas de interés bajen, el costo de oportunidad de mantener oro disminuye, lo que aumenta su atractivo para los inversionistas. La debilidad del dólar, que también fue influenciada por el optimismo en torno al fin del cierre del gobierno, proporcionó un impulso adicional, ya que un dólar más débil hace que el oro sea más barato para los compradores que utilizan otras monedas. Este movimiento posiciona al oro como uno de los activos con mejor desempeño en el día, compitiendo con Bitcoin por la atención de los inversionistas que buscan alternativas a los activos tradicionales.