Este rally es atribuido a una confluencia de factores, destacando la incertidumbre macroeconómica en Estados Unidos. Varios analistas coinciden en que la paralización parcial del gobierno estadounidense (shutdown) ha generado una “mudanza de capital” hacia activos no tradicionales, con los inversores buscando refugio ante la volatilidad de las finanzas convencionales y la falta de datos económicos clave. Adicionalmente, el repunte ha sido impulsado por una fuerte demanda minorista, como lo señala el análisis de Glassnode, que descarta que el movimiento sea producto de un “exceso especulativo”. La participación institucional también ha sido un catalizador crucial, con entradas masivas de capital a los fondos cotizados (ETF) de bitcoin, que en una semana atrajeron más de US$3.200 millones. Esta dinámica se ve reforzada por una disminución de la oferta de bitcoin disponible en los exchanges, lo que aumenta la sensibilidad del precio ante la creciente demanda. Con este panorama, las proyecciones de los analistas son optimistas, estableciendo nuevos objetivos alcistas que oscilan entre los US$140.000 y los US$170.000 para el futuro cercano, en un fenómeno que algunos denominan “Uptober”.