Tanto el bitcoin como el oro han registrado ganancias significativas en este contexto de aversión al riesgo. La posibilidad de que el Congreso estadounidense no apruebe los fondos federales a tiempo ha generado una gran incertidumbre en los mercados globales. Esta situación no solo amenaza con paralizar servicios gubernamentales, sino que también podría retrasar la publicación de datos económicos clave, como las cifras de empleo, complicando las futuras decisiones de la Reserva Federal.

Como respuesta, los inversores han buscado activos de refugio seguro, impulsando al oro a precios récord.

Simultáneamente, el dólar estadounidense ha sufrido pérdidas frente a otras monedas fuertes, encaminándose hacia su peor año desde 1973.

Esta debilidad del dólar hace que activos cotizados en esta moneda, como el bitcoin, sean más atractivos para los compradores extranjeros. Varios analistas coinciden en que la combinación de un dólar débil y la búsqueda de activos refugio o “al portador” ha sido un factor determinante en el reciente máximo histórico de bitcoin. En un movimiento inusual, tanto los activos de riesgo, como las acciones globales, como los activos refugio están aumentando al mismo tiempo, lo que indica un cambio macroeconómico más profundo donde los inversores diversifican sus carteras ante la inestabilidad del sistema financiero tradicional.