Este comportamiento se explica por dos frentes.

A nivel internacional, la debilidad del dólar fue el factor principal, con el índice DXY retrocediendo debido a la incertidumbre por el posible cierre del gobierno estadounidense y datos económicos débiles. En el ámbito local, los inversores actuaron con prudencia, a la espera de las minutas de la última reunión de la Junta Directiva del Banco de la República. Aunque la decisión de mantener la tasa de interés en 9,25% ya había sido descontada por el mercado, los detalles de las deliberaciones eran de alto interés para anticipar futuros movimientos de política monetaria. Este ambiente de cautela se reflejó en un volumen de negociación notablemente bajo, el más reducido desde el pasado 16 de abril, lo que indica que los grandes movimientos estuvieron más influenciados por el contexto externo que por una fuerte demanda interna de pesos.