Este repunte ha sido impulsado por una confluencia de factores macroeconómicos y un creciente interés institucional, marcando un tono optimista para el último trimestre del año, conocido en el sector como "Upctober". En los últimos cinco días, la criptomoneda registró un incremento del 7,6 %, pasando de un promedio de US$111.000 a rozar los US$124.000, quedando a tan solo un 2 % de alcanzar un nuevo récord. Este movimiento alcista se atribuye en parte al creciente interés de los inversores estadounidenses, un giro en la política monetaria de la Reserva Federal y las expectativas de una tendencia alcista para el cierre de 2025. La subida activó una fuerte toma de ganancias, con inversores retirando aproximadamente US$3.700 millones, el quinto mayor volumen del año. Sin embargo, el analista Cauê Oliveira explicó que este nivel de liquidación no proviene únicamente de inversores a corto plazo, lo que reduce el riesgo de una presión vendedora masiva. Las proyecciones de los analistas son mayoritariamente optimistas; por ejemplo, el analista español Javier Espasa Peribáñez pronosticó que, bajo las condiciones de alta liquidez esperadas, el precio podría alcanzar los US$180.000 antes de finalizar el año. Por su parte, la compañía financiera JP Morgan elevó su pronóstico, estimando que Bitcoin podría llegar a los US$165.000 este mismo año, argumentando que el activo está rezagado con respecto al oro y tiene un gran potencial de crecimiento.