Este escenario político está impulsando a los inversores hacia activos de refugio como el oro y debilita al dólar, lo que a su vez favorece a activos alternativos como las criptomonedas.

La parálisis administrativa en Washington, que comenzó después de que republicanos y demócratas no lograran un acuerdo para financiar las operaciones estatales bajo la administración de Donald Trump, ha tenido repercusiones inmediatas en los mercados. Una de las consecuencias más directas es el retraso en la publicación de datos económicos cruciales, como el informe oficial de empleo, lo que deja a los inversores y a la Reserva Federal con menos visibilidad sobre la salud de la economía. Esta incertidumbre ha provocado una huida hacia la seguridad, evidenciada por el oro, que rompió su techo histórico. Al mismo tiempo, el dólar estadounidense ha perdido fuerza, una tendencia que, junto con datos de PMI y empleo más débiles, ha favorecido al mercado de criptomonedas. El cierre también afecta a los organismos reguladores; la Comisión de Valores (SEC) aparentemente incumplió su fecha límite para una decisión sobre el ETF de Litecoin de Canary, aumentando la incertidumbre regulatoria. En el ámbito político, una decisión del Tribunal Supremo de posponer una revisión sobre la gobernadora de la Fed, Lisa Cook, ha sido vista como un factor que, por ahora, protege la independencia del banco central, aunque añade otra capa de tensión política al panorama económico.