Como resultado de estas presiones, las principales referencias del mercado cayeron.

El crudo West Texas Intermediate (WTI) se cotizaba en 63,08 dólares por barril, con una caída del 4,02 %, mientras que la referencia Brent perdía un 3,57 %, ubicándose en 66,75 dólares por barril. Esta tendencia a la baja limita el alza de los precios y genera volatilidad en un mercado que ya enfrenta tensiones por la desaceleración económica en China.

La caída del precio del petróleo tiene implicaciones directas para las economías productoras y los mercados energéticos a nivel mundial.