Los ataques ucranianos a infraestructura energética rusa y la inminente decisión de la Reserva Federal de EE. UU. son los principales catalizadores de los movimientos del mercado.

El mercado petrolero navega un escenario complejo.

Por un lado, las tensiones geopolíticas están elevando las preocupaciones sobre la oferta.

Los intensificados ataques de Ucrania a instalaciones petroleras rusas han aumentado el temor a posibles interrupciones en el suministro global, lo que ha impulsado alzas recientes en las referencias Brent y WTI, que llegaron a registrar ganancias superiores al 1% y 2% en una sesión.

Por otro lado, los factores macroeconómicos juegan un papel crucial. La expectativa de un recorte de tasas por parte de la Fed es vista como un soporte para los precios, ya que tasas más bajas pueden estimular la actividad económica y, por ende, la demanda de energía.

Sin embargo, el mercado no se mueve en una única dirección.

Tras las ganancias, los precios experimentaron un ligero retroceso mientras los operadores tomaban un "respiro", con caídas del 0,30% para el Brent y del 0,25% para el WTI en la sesión siguiente. Esto indica que, si bien los riesgos de oferta establecen un piso para los precios, el mercado sigue sensible a la toma de ganancias. Esta pugna entre los riesgos de suministro derivados del conflicto en Europa del Este y las señales sobre la demanda provenientes de la política monetaria estadounidense está creando un entorno de negociación dinámico e incierto.