El metal precioso ha superado consistentemente sus récords anteriores, con precios que se mueven cerca de los $3.700 por onza.

Un informe menciona una cotización específica de $3.643,1, destacando su estabilidad en niveles elevados.

La fortaleza del oro es notable, ya que ha superado en rendimiento a otros activos, incluyendo las criptomonedas, al inicio de una semana crucial para los mercados macroeconómicos.

El atractivo del oro se ve reforzado por varios factores.

Principalmente, la expectativa de que la Reserva Federal de EE. UU. recortará las tasas de interés hace que los activos que no devengan intereses, como el oro, sean más atractivos en comparación con los bonos del gobierno. Un recorte de tasas también tiende a debilitar el dólar, moneda en la que se cotiza el oro, haciéndolo más barato para los compradores con otras divisas. El sentimiento es tan positivo que algunos analistas, como los de Goldman Sachs, no descartan que el precio pueda escalar hasta los $5.000 por onza. Este desempeño subraya el papel tradicional del oro como un depósito de valor seguro en tiempos de incertidumbre económica y volatilidad en los mercados financieros, atrayendo capital que busca protegerse de posibles turbulencias.