El primer factor clave es el precio del petróleo, un importante generador de divisas para Colombia.
Los informes mostraron una alta volatilidad en los precios del crudo Brent y WTI, que, tras caer inicialmente, experimentaron un rebote.
Esta fluctuación en el principal producto de exportación del país introduce un elemento de incertidumbre en la tasa de cambio. El segundo factor determinante es la política monetaria de Estados Unidos y los datos económicos que la sustentan. Los mercados estuvieron atentos a la publicación del sentimiento del consumidor de la Universidad de Michigan. Esta atención se suma al análisis de cifras recientes como el Índice de Precios al Consumidor (IPC) y las solicitudes de desempleo en EE. UU., datos que han reforzado las expectativas de un recorte de tasas por parte de la Reserva Federal.
Una política monetaria más laxa en EE.
UU. tiende a debilitar el dólar a nivel global y a favorecer monedas de mercados emergentes como el peso colombiano.
A estos factores externos se suma la incertidumbre local sobre la discusión del Presupuesto General de la Nación para 2026.